Hoy quiero repetir esta frase, dicha por San Cayetano: es hora de que me levante para tomar una decisión: ¡retirarme y humillarme como indigno o, como dispensador fiel y tesorero humilde, hacerme ministro del humilde Señor! Con este compromiso público, me dedico exclusivamente ante la Iglesia, ante el pueblo de Dios, con todas mis fuerzas al servicio de los hermanos. Asumo el ministerio de servicio, que se nutre de la Eucaristía y la Palabra de Dios, y se expresa en el cuidado, la ayuda, la disponibilidad y la promoción de los que están conmigo, que el Señor pone en mi camino. Me hago diácono de la Iglesia porque, en nombre de nuestro obispo diocesano y nuestro superior mayor P. Salvador Rodea González, CR, para cumplir la función de aquel que ‘lleno del Espíritu Santo y la Sabiduría’ (Hechos 6,3), distribuye el bienes del Señor en la comunidad.
Agradezco la bienvenida y la ayuda del Reverendísimo Mons. Jorge Carlos Patron Wong, siempre muy cercano a todos nosotros. Agradezco al Padre Salvador Rodea González, nuestro Superior General, y a través de él a todos mis co-hermanos teatinos que han contribuido, ayudado y rezado por mí a lo largo de los años, que hoy ofrecen el sacrificio de la Eucaristía en mi intención, y estoy seguro , siempre me acompañará. Agradezco a mis hermanos Juniores y novicios del Colegio Internacional de San Giuseppe Maria Tomasi y de la casa de San Paolo Maggiore en Nápoles, quienes en los últimos días se han dedicado enormemente, muchas veces teniendo que sacrificarse para no descuidar sus estudios y otros compromisos, para que esta celebración pueda ser digna y festivamente celebrada. Nunca sabría cómo agradecerles, solo digo: aquí estoy como quien sirve.
Finalmente, agradezco a mis padres y mi hermana, quienes estoy seguro de que interceden y ofrecen oraciones constantes a Dios por mí. Agradezco a todos mis parientes y amigos, a quienes siempre tengo en mi vida, ellos también rezan por mí. Les pido a todos: recen por mí, para que pueda ser un buen diácono.
¡¡Muchas gracias!!
DIAC João Victor dos Santos Silva, C.R.
«Dios quiere que se haga».