[Fragmento traducido por el redactor]
Reverendísimos Padres, queridos familiares y amigos, queridísimos João Víctor, deseo expresar mi alegría y mi gratitud por la invitación a celebrar esta Ordenación Diaconal en la Solemnidad del Corpus Domini.
La fecha de tu consagración total y perenne al Señor, queridísimo, dejará un signo en tu vida: una indeleble impronta eucarística!
El sacramento del orden, que recibes hoy en el grado del diaconado, permanecerá por siempre: serás siempre diácono, siempre siervo: siervo de Dios y de los hermanos, en la Iglesia, según el ejemplo de Jesús, que «no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos» (Mc 10,45).
Jesús ha dado su vida en el Misterio Pascual de su Muerte y Resurrección, y continúa a donarla en los sacramentos, en particular en el sacramento de su Cuerpo y de su Sangre, la Eucaristía que se prolonga en la caridad.
Llegar a ser diácono significa hacer de la propia vida un don, asumir la lógica del servicio, como lo ha hecho el Señor Jesús […]
La existencia humana de Cristo ha sido el don de Dios a la humanidad.
Tal don continúa en la Eucaristía y en la vida de la Iglesia.
La existencia del diácono, y después del sacerdote, es «verdadera» en la medida en la cual es don y servicio, según el modelo de la Eucaristía […]
Por lo tanto, aquellos que vienen ordenados diáconos, aunque sea en vista del presbiterado, asumen en modo permanente el carácter del servicio, un «sello» que caracteriza siempre la vida de los consagrados y de los ordenados, también según el carisma teatino que ustedes profesan: «en el propósito de servir al Señor en la serenidad de una elección que deja de lado la ansiedad por los bienes y por la posesión», o sea, «Servir al Señor sin afanes de patria y de casa, ni preocupación por bienes, alimentos, vestidos», como enseñaba el Santo Fundador de ustedes […]
Recuérdate, querido João Víctor, que tú has sido incorporado a la historia eclesial del Instituto de los Clérigos Regulares Teatinos: un recorrido que inicia con San Cayetano de Thiene y llega hasta ti, hoy, y continuará contigo y después de ti […]
Queridos Hermanos Teatinos, podrán responder al Señor que los ha llamado, realizar el carisma de su Instituto y vivir en plenitud sus vidas, gracias al encuentro con Jesús […]
Querido João Víctor, hoy recibes el don del orden sagrado y… donas tu vida: este círculo de amor es un signo eficaz de esperanza […]
Hoy estás tú, «dispuesto a vivir apostólicamente en la observancia del Evangelio»: el Señor cumplirá su obra.