El R.P. João Marcos Boranelli, C.R., Rector de la Basílica de Sant’Andrea della Valle (Roma) nos envía su mensaje, su saludo y nos invita a reflexionar en este Domingo de Resurrección sobre: “Un amor vivo para siempre. Él permanece con nosotros en el día a día. Nosotros somos su Cuerpo para vida del mundo.” Fundamentado en el Evangelio de hoy, y en el artículo 276 de la Exhortación Apostólica “Evangelii Gaudium”, del Santo Padre Francisco:
“Su resurrección no es algo del pasado; entraña una fuerza de vida que ha penetrado el mundo. Donde parece que todo ha muerto, por todas partes vuelven a aparecer los brotes de la resurrección. Es una fuerza imparable. Verdad que muchas veces parece que Dios no existiera: vemos injusticias, maldades, indiferencias y crueldades que no ceden. Pero también es cierto que en medio de la oscuridad siempre comienza a brotar algo nuevo, que tarde o temprano produce un fruto. En un campo arrasado vuelve a aparecer la vida, tozuda e invencible. Habrá muchas cosas negras, pero el bien siempre tiende a volver a brotar y a difundirse. Cada día en el mundo renace la belleza, que resucita transformada a través de las tormentas de la historia. Los valores tienden siempre a reaparecer de nuevas maneras, y de hecho el ser humano ha renacido muchas veces de lo que parecía irreversible. Ésa es la fuerza de la resurrección y cada evangelizador es un instrumento de ese dinamismo.”.