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Los Teatinos

La Orden de Clérigos Regulares Teatinos es un Instituto clerical de Vida Consagrada Religiosa, que vio la luz el 14 de septiembre de 1524. Ese día Juan Pedro Carafa, Cayetano de Thiene, Bonifacio de’Colli y Pablo Consiglieri, cuatro hombres de fe, comprometidos con el deseo de reformar la Iglesia «en la cabeza y en los miembros», emiten su profesión religiosa ante el Delegado Pontificio para este efecto, Mons. Juan Bautista Bonciano, obispo de Caserta.

Ese acto cierra un proceso iniciado cierto tiempo atrás cuando el sacerdote y jurisconsulto Cayetano de Thiene se estableció nuevamente en Roma (1523) y siguió actuando en el Oratorio del Divino Amor romano. En este contexto, trabó una profunda amistad con otro miembro de dicho Oratorio, Juan Pedro Carafa, obispo de Chieti – ciudad que en latín se denomina Theate y que da nombre a nuestra Orden «Teatina» – y arzobispo di Brindisi, además de examinador del clero romano por voluntad del papa Clemente VII.

Los dos clérigos venían diseñando sendos proyectos de renovación eclesial, teniendo como eje referencial la disciplina clerical. La idea-fuerza era la formación de un grupo de sacerdotes bien consolidado, aunque fuera minoritario, que pudiera ser figura y modelo para la vida de los eclesiásticos. Éste es el principio que rige nuestro carisma religioso.

Las Teatinas, «sin más regla que el Amor»

En el mismo año 1547 en el que san Cayetano ofrecía su vida por la paz de Nápoles, partiendo para la Casa del Padre celestial, nacía en esa ciudad Úrsula Benincasa. De personalidad emotiva y soñadora, Úrsula reunió un día un grupo de amigas y familiares con las cuales constituyó una comunidad de vida consagrada, habitando en un convento situado en el monte Sant’Elmo, siempre en Nápoles. Como objetivo espiritual y apostólico, buscaban dedicarse a la contemplación de las cosas divinas y ayudar a las jóveness napolitanas a promoverse como mujeres libres y preparadas.

La Congregación de Religiosas Teatinas de la Inmaculada Concepción fue fundada por la Venerable Úrsula Benincasa en el año 1583, en Nápoles (Italia) movida por un solo deseo: “ a gloria de Dios y la salvación de las almas”. Iluminada por el testimonio de su fundadora, la Congregación hizo propio un lema que ha tenido buena repercusión en la espiritualidad católica: “Sin más regla que el amor”.

Nuestra Constituciones dedican el capítulo VII, de la Primera Parte de las mismas, a nuestras Relaciones fraternas con las Religiosas Teatinas, y afirman, particularmente, que “ la Congregación de los Clérigos Regulares y las Religiosas Teatinas de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios, vinculados de manera peculiar por una comunión espiritual, forman en el seno de la Santa Madre Iglesia como una más amplia familia religiosa, estrechamente unida por los lazos de la caridad y de la tradición”, Const. CC.RR., art. 94.

Ello nos invita a seguir adelante con el cultivo de estas relaciones fraternas en modo de establecer puntos de colaboración, que impulsen una recíproca asistencia en la labor apostólica, de manera que pueda cristalizarse este espíritu solidario en un signo claro y tangible de unidad eclesial.

Acceso: http://www.religiosasteatinas.com/