El pasado 7 de agosto, en la casa de Sant’Andrea della Valle, se celebró la solemnidad de nuestro santo fundador, San Cayetano, en un clima de oración y de entusiasmo en la comunidad, y, en este marco, profesamos solemnemente a Dios cinco hermanos juniores: Juan Miguel, Héctor, Miguel, Diego y David. La jornada empezó con el rezo de las Laudes solemnes presididas por nuestro Padre General, Salvador Rodea, C.R., y con esta oración de alabanza nos disponíamos a vivir intensamente el día encomendándonos a Dios.
En un ambiente de fiesta se desenvolvió el día, y teniendo una comida de gala, tuvimos en la comunidad la alegría de festejar a nuestro Padre Fundador. Cada hermano estuvo trabajando para tener una solemnidad digna y con muchas preparaciones nos disponíamos a celebrar la misa de 7:00pm. En esta misa, en el recuerdo de nuestro Padre San Cayetano, fue donde tuvo lugar la profesión perpetua de los hermanos.
La misa fue presidida por el Padre General, y fue concelebrada por los Padres de la Curia General, P. Marcelo, P. Ambrosio, P. Antonio, otros Padres teatinos, y Padres amigos de nosotros. Contamos con la presencia de dos diáconos, el diácono Joao Víctor C.R., y un diácono cercano a la Basílica, Cornelio. Antes de la celebración, el Padre General bendijo las cruces que después serían recibidas por nosotros en el rito de la profesión. La misa fue animada por el Coro de la parroquia de Morlupo, una animación muy agradable y que nos hizo sentir más profunda la celebración. Cabe destacar que la misa fue transmitida a través de Internet, en modo que se pudiera seguir en Argentina, Brasil, México, Estados Unidos, España, Italia y otras partes del mundo.
Después de la misa, en el «cortile» de la casa, tuvimos una sencilla recepción para las personas que nos acompañaron en la ceremonia litúrgica. Un espacio que se fue llenando de gran alegría, porque se compartieron muchas experiencias, grandes pláticas con amigos y personas cercanas a la Orden. Casi al final del evento se entonaron diversas canciones, mediante las cuales se pusieron de manifiesto el gozo y el cariño de la gente reunida. Canciones en español, ingles, italiano, se dejaron escuchar y así animaron la reunión el P. Antonio y el Coro de Morlupo.
Aprovecho esta ocasión para agradecer a Dios y a todos ustedes, Iglesia que estuvo en oración, por la gracia que nos ha concedido de profesar y consagrarnos a ese Dios que es tan bueno con nosotros y que su bondad nos ha mostrado a través de los años. Gracias a todos los que estuvieron presentes en la misa, y todos los que nos siguieron de lejos, vía Internet. Nos seguimos encomendado a sus oraciones. Nunca hay que dejar de pedir por las vocaciones. Gracias por ser parte también de este día inolvidable para nosotros. Agradezco a los Padres y Hermanos de la Casa de Sant’Andrea della Valle, al Colegio Internacional Teatino, por su apoyo y presencia siempre firme con nosotros. Para mí es un día que llevaré en el corazón. Ahora soy un consagrado para siempre. Ahora soy para Dios y para su Iglesia, a través de la Orden Teatina. Un proyecto de 1524 que aún está presente y que en vida quiero hacer presente: la vida comunitaria que sirva de reforma para la Iglesia. Y esto es lo que significa ser teatino para mí, este es el proyecto al que he dicho que sí, que ahora pertenezco a esta familia de una manera plena, de manera que pueda aportar lo que Dios me ha dado para sumar en la Iglesia. Ser comunidad para mí es sumar, siempre sumar para construir el Reino. Y así lo decía el Padre General en la celebración: «buscar esa sinergia que ayude a construir». Me encomiendo a sus oraciones, y que Dios nos siga bendiciendo con abundantes vocaciones teatinas para la Orden.
David Arroyo Alonso, C.R.