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San José María Tomasi

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José María Tomasi formaba parte de la noble familia de los Príncipes de Lampedusa. Nació en Licata (Agrigento, Italia) el 12 de septiembre de 1649. Sus padres fueron Julio Tomasi-Caro y Rosalía Traina Drago. Desde temprana edad, José María mostró una profunda inclinación por las cosas eclesiásticas, que se fue transformando en amor por la sagrada liturgia.

San José María Tomasi renunció a sus bienes y derechos nobiliarios e ingresó en la Orden de los Clérigos Regulares Teatinos, profesando en la Casa Teatina de Palermo el 25 de marzo de 1666. En 1673 fue ordenado sacerdote, dedicándose por entero a la investigación y estudio de las fuentes y monumentos que han echado las bases de la liturgia cristiana. Por su labor de erudito fue saludado como «Príncipe de la Liturgia Romana».

En la perspectiva de su tarea científica, el mayor interés que el teatino siciliano tuvo, fue que los fieles participaran en las celebraciones litúrgicas de manera activa e inteligente, tal que pudieran aprovechar mejor para el desarrollo de la vida moral de los creyentes. En este sentido, las intuiciones de San José María Tomasi anticiparon las resoluciones que en esta materia llevaría a la práctica el Concilio Vaticano II (1962-1965).

Clemente XI lo creó Cardenal en el Consistorio del 18 de mayo de 1712 con el título de los Santos Silvestre y Martín ai Monti. También desde la dignidad cardenalicia se preocupó por impulsar la belleza del culto divino, sea en las formas rituales que en los espacios que se le destinaran. Además, animó la catequesis de los niños y la atención a los pobres.

Murió en Roma el 1º de enero de 1713. Beatificado por Pío VII en 1803, fue canonizado por San Juan Pablo II el 12 de octubre de 1986. Las reliquias de su cuerpo se veneran en la Basílica de Sant’Andrea della Valle (Roma). Su fiesta litúrgica es el 3 de enero