A la hora de presentar qué cosa hacemos los Teatinos, será siempre bueno remitirnos al art. 32 de nuestras actuales Constituciones:
«Nuestra peculiar forma de vida religiosa, inspirada en los Hechos de los Apóstoles, exige sobre todo que, dando en todas partes un testimonio de la Resurrección del Señor, perseveremos dedicados a la oración y al ministerio de la Palabra y que nos gastemos y desgastemos por la salvación de los hermanos. Debemos, pues, considerar como propio de nuestro estado cualquier tarea, trabajo o ministerio eclesiástico, sobre todo si a ello nos impulsa la obediencia o la caridad».
Los Teatinos nos dedicamos, consiguientemente, a todo aquello en lo que el sacerdocio ministerial esté implicado, más allá de la realización de una actividad pastoral en particular. Hoy en día nuestra acción se concentra en parroquias y colegios, lo que se prolonga en la atención de otras comunidades religiosas, en el dictado de clases en otros ámbitos diferentes de nuestros institutos escolares y en el acompañamiento de diversas situaciones de dificultad personal y social.