El sábado 5 de junio de 2021 tuvimos la gracia, en nuestra Basílica de Sant’Andrea della Valle, sita en Roma, de acoger cordialmente a Mons. Guido Marini, personalidad destacada de la liturgia pontificia, cual maestro de ceremonias que acompaña al Romano Pontífice en las diversas celebraciones que realiza. Desde las 10:00 h hasta las 12:30 h, pudimos compartir con Mons. Marini una interesante conferencia sobre distintos aspectos de la liturgia de la Iglesia católica. Tomaron parte del encuentro, junto a los miembros de nuestra Casa General y del Colegio Internacional Teatino “San José María Tomasi”, de Roma, algunos de los religiosos de las Casas Teatinas de San Gaetano de Roma y de San Gaetano de Morlupo.
A continuación transcribimos una síntesis que el P. Ambrosio Cots Dorca, C.R., nos legara sobre la ponencia de Mons. Marini. Cabe acotar que ha sido el mismo P. Ambrosio – amigo del prelado pontificio – quien gestionó la presencia de Mons. Marini entre nosotros y quien, además, ofició de moderador de la conferencia.
Mons. Guido Marini
Mons. Marini destaca 7 elementos de la experiencia litúrgica:
1) Es obra de salvación: El Actor es Cristo Jesús. Mediante el rito se actualiza la salvación. El centro no soy yo, ni la asamblea. Cristo preside, muerto y resucitado. En ella se debe transmitir el depósito de la fe, no mis palabras, sino la Palabra viva de Dios. La vida de Cristo en la liturgia, y la liturgia de Cristo en la vida humana. Tocar a Jesús vivo, que da la Vida. Eso es la Liturgia: Cristo vivo en medio nuestro.
2) La Iglesia es la segunda grande protagonista. Cristo es el esposo, la Iglesia la esposa (cf.SC. I). La Iglesia es el actor sagrado. Toda la Iglesia es protagonista de la liturgia. La comunión con Dios y los santos continúa en el tiempo y en la eternidad. Se forma parte de un cuerpo: Nosotros, no yo individual. Se toca la universalidad. No personalismos, es traicionar el rito. Es el nosotros de la Iglesia lo importante, no mi yo.
Romano Guardini: No a los subjetivismos sino la objetividad. El sujeto es la iglesia. Despojarse de personalismos. Quien celebra es la Iglesia, no lo que a mí me gusta, sino lo que gusta a la Iglesia. Somos miembros, no la Cabeza. Unidos a Él. Lo importante es el Nosotros, olvidarse de personalismos. Olvidarse de sí mismos, como Juan Bautista: Que Él crezca y yo disminuya.
3) El tercer elemento es la oración: La oración es la forma de la Liturgia. Es dirigirse a Dios. No es auto-celebración de la asamblea humana. No celebrarnos a nosotros mismos, la asamblea, sino Cristo. O se celebra a Dios o es auto-celebración. La liturgia está orientada a Dios, no a nosotros mismos. La liturgia es oración. La liturgia con los signos actualiza el misterio de Dios. El signo es santo, abre al Misterio de Dios. El signo puede ser con una finalidad abierta, oración, o una finalidad cerrada, que impide la oración (cf. Benedicto XVI,
Sacramentum caritatis, ). El celebrar es un arte (Ars celebrandi), son signos que abren al Misterio divino.4) Dimensión cósmica: Es recapitulación de todo en Cristo, la creación y la historia. Todo tiene su origen y destino en Dios. Dios da un sentido nuevo. Cristo es Salvador del tiempo y del Universo. El rito litúrgico es una verdadera ecología, de amor al Creador. Da una nueva transparencia a la creación.
El místico Divo Barsotti afirma que aquello que yo amo estará conmigo en el Paraíso. La resurrección no es sólo espiritual. La carne resucitará. Sólo el pecado no estará con Dios.
5) La participación: Comunión con lo que se realiza, que sea vida mía. Necesidad de comunión con Cristo. La acción litúrgica es participativa, Es el acto de Cristo con nosotros. Hay que preguntarse: El rito me ha cambiado algo? Eso indica la participación auténtica. Que el acto de Cristo sea el mío. La liturgia es coral.
6) Evangelización: La liturgia evangeliza, captando su belleza. No es cuestión estética, artística, no basta. Hay que comunicar a Dios. Con la noble simplicidad de lo bello. Eso evangeliza: entrar en el misterio de Dios. Pero otra belleza evangeliza, la belleza del Amor. El corazón debe sentir el amor, viviendo la experiencia litúrgica. Acogerlo. La caridad evangeliza. El bello, el arte evangeliza y de ahí pasar al Amor de Dios y entre nosotros. La belleza salva, dice un autor ruso, y la belleza suprema es Cristo. Cristo salva.
7) Cielo y Tierra se tocan: La liturgia es anticipación de la realidad futura. Trae esperanza y orienta el presente. La liturgia es una brújula que orienta hacia la eternidad. Somos peregrinos. El cristianismo no tiene una visión circular de la historia. La liturgia debe anticipar la experiencia de Dios, aquella que nos espera en el Paraíso, en la eternidad.