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Apostólica Sedes Vacans: significado, implicancias y normativa

By Community Manager

Abr 21 2025

Actualidad

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¿Qué significa “Apostólica Sedes Vacans”?

La expresión latina Apostolica Sedes Vacans se traduce como “la Sede Apostólica está vacante”. Se refiere al período en el cual la Iglesia Católica se encuentra sin Papa, ya sea por su fallecimiento o por una renuncia válidamente realizada, conforme a lo establecido en el canon 332 §2 del Código de Derecho Canónico.

Este tiempo de vacancia representa una transición en el ministerio petrino, sin que por ello se interrumpa la continuidad espiritual, sacramental ni estructural de la Iglesia. Aunque la Cátedra de Pedro esté vacía, la Iglesia, como Cuerpo de Cristo, permanece viva, guiada por el Espíritu Santo.


Fundamento teológico

Desde una perspectiva eclesiológica, la ausencia de un Papa no significa un vacío de poder absoluto, ya que Cristo sigue siendo la Cabeza de la Iglesia. La función del Papa, como Sucesor de Pedro, es vicaria: actúa in persona Christi Capitis(en la persona de Cristo Cabeza), y cuando su ministerio cesa, la Iglesia aguarda —en fidelidad y oración— la elección de un nuevo Pontífice.


Consecuencias jurídicas y administrativas

El Código de Derecho Canónico regula este tiempo especial en el canon 335, el cual dispone que, durante la vacancia de la Sede, no debe innovarse nada en el gobierno universal de la Iglesia. A nivel práctico, esto implica una suspensión de las funciones ordinarias del Papa y de ciertos organismos de la Curia Romana, que dependen directamente de él.

En este contexto, adquiere protagonismo el Cardenal Camarlengo, encargado de la administración temporal de los bienes y asuntos ordinarios de la Santa Sede. Sus funciones están reguladas tanto por el Código como por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por San Juan Pablo II en 1996.


El cónclave: camino hacia un nuevo Papa

Finalizado el luto y los preparativos, se convoca el Cónclave, asamblea reservada exclusivamente a los cardenales menores de 80 años, quienes se reúnen en la Capilla Sixtina para discernir, mediante votación secreta, la elección del nuevo Papa.

Este proceso, marcado por el silencio, la oración y el discernimiento, requiere una mayoría calificada de dos tercios para que se dé una elección válida. Una vez elegido, el nuevo Pontífice acepta formalmente el cargo y toma el nombre con el que será conocido en la historia de la Iglesia.


Un tiempo de espera y esperanza

La Sedes Vacans es, ante todo, un tiempo de esperanza eclesial, en el que la comunidad católica está llamada a orar con intensidad por la Iglesia universal y por los cardenales electores. No se trata de un vacío, sino de una espera fecunda, confiando en la asistencia del Espíritu Santo, que sigue conduciendo a la Iglesia por medio del servicio del Sucesor de Pedro.