PROVINCIA «NUESTRA SEÑORA DE LA PUREZA»
“[Unidos] con un vínculo tan fuerte que ni los cambios de lugar ni la misma muerte podrán romper” (Const. CCRR art. 9)
Con alegría, afecto y gratitud, los Teatinos de Nuestra Señora de la Pureza, como parte de las celebraciones provinciales del Jubileo de la Orden, celebraron Misa en la Capilla de los arzobispos en el Cementerio de Mount Olivet en el poblado de Wheat Ridge a 33 kilómetros de Denver. Durante la misa, los padres y los hermanos presentes, oraron juntos por las almas de aquellos Teatinos que los han precedido en la Fe y que ahora esperan ahí la Resurrección de los Muertos.
La Misa fue presidida y concelebrada por los PP. Arras, Cisneros y Robles, CC.RR., respectivamente, interviniendo como maestro de ceremonias el Hno. Alvarado, CR., mientras la animación musical fue dirigida por los PP. Flores y Nuñez, CC.RR. La homilía fue predicada por el Diac. Ruiz, CR., quien compartió los siguientes puntos:
- El presente jubileo de la fundación de la Orden es un tiempo especial, para re-cordar a todos aquellos que han pasado a la Vida Eterna y que ahora nos acompañan a través del testimonio de vida que nos dejaron como legado espiritual.
- Hay que profundizar la raíz etimológica del verbo recordar (re-cordis), “traer algo de nuevo al corazón”, sabiendo que la memoria es aquello que hace fuerte a los creyentes, porque los lleva a valorar el camino, radicado en una historia y un proyecto que les precede.
- El recuerdo lleva al ser humano a entender que no está solo, que pertenece a una comunidad. A la Iglesia. La historia de una comunidad religiosa se forja con la vida de hombres que aspiraron a compartir con otros el camino de la caridad y del perdón.
- El recordar implica traer de nuevo al corazón la alegría de Dios en nuestra historia personal.
- A través de la historia del el circulo del noventa y nueve nos recordó que muchas veces sentimos que nos falta algo para ser felices y que por muy poco perdemos la alegría dejando de disfrutar lo que tenemos por añorar lo que nos falta.
Después de la Eucaristía, en procesión e invocando la intercesión de Todos los Santos, la comunidad se dirigieron a bendecir y ofrecer incienso ante los sepulcros de los hermanos difuntos.