«Oh Dios, que manifestaste en el Beato Paolo Burali los múltiples y maravillosos caminos de tu llamado a la perfección cristiana, concédenos el consuelo de su protección celestial para seguirte con todo nuestro corazón. Por Cristo nuestro Señor. Amén.»
Beato Pablo Burali d’Arezzo, nació en Itri en 1511. Graduado en la Universidad de Bolonia, realizó trabajos forenses en Nápoles con justicia ejemplar. El Virrey lo nombró Consejero Real, pero, llamado a una mayor perfección, dejó todo y abrazó la vida religiosa con los Teatinos de Nápoles, profesó solemnemente en 1558. S. Pío V lo nombró obispo de Piacenza en 1568, luego, en 1570 lo creó Cardenal del título de Santa Prudenziana. En Piacenza trabajó para reformar la diócesis de acuerdo al Concilio de Trento. Ayudado por S. Andrea Avellino, fundó el seminario y abrió una casa para sus Teatinos, trabajaron juntos incansablemente en la formación del clero, en la santificación de los laicos con catequesis, con la frecuencia de los sacramentos, sin descuidar en ayudar a los pobres y a las mujeres extraviadas o en peligro. Gregorio XIII, lo transfiere en 1576 al arzobispado de Nápoles. Murió el 17 de junio de 1578 y fue enterrado en S. Pablo Mayor en Nápoles. S. Felipe Neri lloró su muerte como “una pérdida para todo el mundo cristiano”. Clemente XIV lo beatificó en 1772.